viernes, 25 de marzo de 2011

La Anunciación y la "Gospa"

Hoy, 25 de marzo, celebramos en la Iglesia Católica la fiesta de la Anunciación. Creo que se trata del acontecimiento más importante de la historia de la humanidad: Dios se encarna en el seno de María.
Dios se hace hombre para hacernos hijos de Dios. ¡Qué gran misterio!
He tenido el privilegio de visitar la gruta de Nazaret y poder leer allí el evangelio de hoy. He cantado allí un "Ave María". He rezado, de rodillas, ante ese altar. He llorado, sin saber muy bien por qué, al leer aquel texto en latín "HIC VERBUM CARO FACTUM EST".
Este es el lugar del gran milagro que no es otro que Dios se despoja de su condición divina y se hace hombre.
Gabriel saluda a la virgen María, como rezamos en el Ángelus, y María concibe por obra y gracia del Espíritu Santo.
¿Cuántos ángeles has tenido en tu vida que te han anunciado al Señor, que te han dicho que Dios quiere habitar en tí, como en María? Quizás no te acuerdes, pero Dios ha puesto muchos "ángeles" y muchos acontecimientos para decirte: ¡Ánimo! Soy yo. Soy yo que quiero habitar en ti. Quizás te ha pasado como a María que no entendías muy bien aquel "saludo" o que has pensado: "pero si yo..."  Y no has escuchado que es el Espíritu Santo el que "va a venir sobre tí y la fuerza del Altísimo te va a cubrir con su sombra" para que lo que nazca de ti sea hijo de Dios.
Y María responde: "Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". ¡Qué difícil resulta hacerse esclavo de nadie! No podemos entender que sólo haciéndonos esclavos de Él podemos ser realmente libres. El ángel le ha dado un signo: "Isabel, tu pariente que ya es vieja va a concebir aunque la llaman estéril, porque para Dios nada hay imposible". ¿Y a ti? ¿cuántos signos te ha dado el Señor de que esto es verdad?
A veces pienso que tenemos miedo de decir que sí, como María, porque en el fondo de nuestro corazón no queremos que se haga en nosotros según su palabra sino, más bien, según lo que yo entiendo de su palabra. Es decir, no queremos que muera el hombre viejo para que nazca Él sino que haga un arreglo al hombre viejo con unos cuantos remiendos de Cristo pero sin dejar del todo lo anterior. Y Dios no quiere arreglos ni composturas, quiere hacer de ti un hombre nuevo, quiere encarnarse en ti. Y sólo nos pide una cosa, que le digamos SÍ, como María.
No sé si mis lágrimas en este lugar eran fruto de esta frustración por no ser capaz de dar un sí definitivo, como María, o eran fruto de la alegría por saber que el Espíritu Santo había obrado en mí tantas maravillas sin haberme dado cuenta. Creo que eran una mezcla de ambas cosas.
Hoy, recuerdo entrañablemente aquel momento y le pido a la Virgen María que me siga mostrando el camino, que me siga enseñando a amar a su Hijo. Que me ayude cada día a decir SÍ. 
Que el verbo se haga carne y habite en nosotros.

Os añado el mensaje de la Virgen en el día de hoy, 25 de marzo de 2011, a Mirjana en Medjugorje:
“Queridos hijos, de manera especial, hoy deseo  invitaros a la conversión. Que a partir de hoy comience una vida nueva en vuestro corazón. Hijitos, deseo ver vuestro “sí” y que vuestra vida sea el vivir con alegría la voluntad de Dios en cada momento de vuestra vida. Hoy, de manera especial, Yo os bendigo con mi bendición maternal de paz, de amor y de unidad en mi Corazón y en el Corazón de mi Hijo Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!"
Os aseguro que el "post" lo escribí antes de leer el mensaje. 

1 comentario:

  1. Un día muy apropiado para rezar por todas las embarazadas. Que vivan con alegría e ilusión la llegada de su hijo tal como María lo hizo.
    Una fiesta muy bonita y donde tanto le debemos a María.
    Pidamos unos por otros para saber decir siempre Sí al Señor.
    Un abrazo

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